En aquel Mayo de 1909 los asalariados reclamaron el fin del trabajo a destajo y que se respeten las 8 horas. También la prohibición del trabajo infantil (14 años); la igualdad salarial de las mujeres; y el derecho a agremiación, entre otros reclamos.
Se organizaron dos manifestaciones: la FORA, anarquista, organizó una marcha desde Plaza Lorea (hoy Plaza Congreso) hasta plaza Mazzini (Once). Los socialistas por su parte organizó un mitin en Constitución.
Los gobernantes conservadores no estaban dispuestos tolerar más insolencias por parte de esos extranjeros disolventes del ser nacional. Además, había que disciplinar a la sociedad para los festejos del Centenario del próximo año. En 1909, en Buenos Aires había un estado de sitio de hecho.
Para tal cosa, existía un numeroso “escuadrón policial”, conducido por Ramón Falcón, y ayudados por cientos de bomberos, que acostumbraban llevar armas por aquel entonces. En forma amenazante custodiaban a los anarquistas en la Plaza Lorea. A las 15 hs. aproximadamente, sin que mediara motivo que lo justifique, se escucha una larga descarga de máuser. Los manifestantes, mujeres y niños incluidos, se dispersan en locura generalizada al ritmo de los estruendos de balas.
El socialista Enrique Dickmann, testigo de la “terrible tragedia” comenta: “Los muertos y los heridos fueron recogidos rápidamente. Algunos bomberos armados con mangueras lavaron enseguida los charcos de sangre humana, para borrar todo rastro del pavimento de la avenida”.
La persecución continuó en la semana sobre los activistas a quienes luego se les aplicaría la Ley de Residencia o la cárcel. Muchos dejaron su vida, tan solo por luchar por sus derechos, los que hoy ya nadie discute. La Semana Roja, iniciada el 1º de Mayo de 1909 es emblema de la lucha de los trabajadores.
Fuente: www.aldorso.com.ar
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