La Revolución del Parque, también conocida como Revolución del 90, fue una insurrección cívico-militar producida en la Argentina el 26 de julio de 1890 dirigida por la recién formada Unión Cívica, liderada por Leandro Alem, Bartolomé Mitre, Aristóbulo del Valle, Bernardo de Irigoyen y Francisco Barroetaveña, Lionel Laufi entre otros. La revolución fue derrotada por el gobierno, pero de todos modos llevó a la renuncia del presidente Miguel Juárez Celman, y su reemplazo por el vicepresidente Carlos Pellegrini.
Consecuencias de la Revolución del Parque
La cantidad de víctimas causadas por la Revolución del 90 nunca ha sido bien establecida. Distintas fuentes hablan desde 15024 hasta 300 muertos, o en forma indiscriminada de 1.500 bajas sumando muertos y heridos.
En el Cementerio de la Recoleta se levantó un panteón en memoria de los caídos en la Revolución del Parque. Desde entonces, cada año, la Unión Cívica Radical realizaba una marcha de fuerte contenido político desde el centro de la ciudad hasta el panteón.
En el Panteón de los Caídos en la Revolución del Parque se encuentran enterrados también Leandro Alem y los presidentes radicales Hipólito Yrigoyen, Arturo Illia y Raúl Alfonsín.
Consecuencias políticas
Una vez vencida la revolución la Cámara de Senadores se reunió para tratar lo sucedido. En esa ocasión el senador por Córdoba Manuel D. Pizarro, roquista, pronunció una frase que se hizo histórica:
La revolución está vencida, pero el gobierno está muerto.
En ese discurso Pizarro sostiene que por la gravedad de los hechos el Presidente y todos los senadores debían renunciar.
El 6 de agosto de 1890, una semana después de la rendición, el presidente Miguel Juárez Celman presentó su renuncia, que le fue aceptada de inmediato. En su reemplazo asumió el vicepresidente Carlos Pellegrini, quien nombró a Julio A. Roca como su ministro del Interior.
Resulta evidente que Roca actuó secretamente en múltiples maneras para influir en el curso de la Revolución del 90 y en sus consecuencias. Terminada la insurrección, Roca fue quien más se fortaleció. El 23 de septiembre de 1890 le escribió lo siguiente a García Merou:
Ha sido una providencia y una fortuna grande para la República que no haya triunfado la Revolución ni quedado victorioso Juárez. Yo vi claro esta solución desde el primer instante, y me puse a trabajar en este sentido. El éxito más completo coronó mis esfuerzos y todo el país aplaudió el resultado, aunque haya desconocido al autor principal de la obra.
Consecuencias sociales
La Revolución del ’90 marcó un punto de quiebre en la historia argentina. La Revolución del ’90 marca con claridad el momento en el que comienza a emerger una sociedad civil urbana, diferenciada en grupos sociales con demandas específicas. En particular la Revolución del ’90 marca el momento en que la clase media ingresó a la vida pública.
Simultáneamente, la organización de la clase obrera en sindicatos, de partidos políticos modernos (Unión Cívica Radical, Unión Cívica Nacional, Partido Socialista, Liga del Sur), de las primeras cooperativas, organizaciones feministas, de revistas políticas opositoras, etc., conformó una sociedad urbana compleja que hizo cada vez más inviable la toma del poder mediante revoluciones callejeras.
En ese sentido la Revolución del ’90 señala en la Argentina la emergencia del pueblo como sujeto político y social, exigiendo que se lo reconozca efectivamente como protagonista de la vida política, social y cultural, y demandando la configuración de una sociedad democrática.
Fuente: http://universalmedios.com.ar
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